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Entender por qué su hijo tiene
problemas para controlar sus impulsos puede requerir de un trabajo
detectivesco. Hacer un seguimiento de sus síntomas y sus conductas es un buen
primer paso. Sus notas serán de mucha utilidad cuando hable con los
profesionales acerca de sus preocupaciones.
Hable con el maestro de hijo.
Este es un buen lugar para empezar a recoger información. Usted ya sabe lo que
está viendo en su casa y el maestro puede decirle lo que ha estado pasando en
la escuela. Esta información puede ser muy útil si es que usted tiene en mente
obtener un diagnóstico y necesita hablar con otros profesionales. Incluso, si
usted no estuviera planeando esto, el maestro podría intentar diferentes
estrategias para ayudar a su hijo en el salón de clases.
Hable con el doctor de su
hijo. Lleve su libreta de notas para que pueda conversar sobre lo que ha
observado. El doctor probablemente querrá descartar causas médicas que pudieran
estar dando lugar a la impulsividad de su hijo. Esto podría incluir
evaluaciones para el TDAH y los trastornos de comunicación. El doctor también
podría referirlo con un especialista, como un pediatra con especialidad en el
desarrollo de la conducta.
Consulte con especialistas.
Hay una gran cantidad de especialistas que podrían ayudarle a averiguar qué es
lo que está detrás de la impulsividad de su hijo. Un neurólogo podría buscar
problemas médicos del cerebro como el TDAH. Un patólogo del habla buscaría la
presencia de trastornos del lenguaje, y un profesional de la salud mental
buscar ansiedad o depresión. También podrían recomendarle que su hijo sea
evaluado por un especialista en aprendizaje.
Considere una evaluación
educativa. Usted o el maestro de su hijo pueden solicitar que la escuela lo
evalúe. Esto sería para ver cómo sus dificultades están afectando al
aprendizaje. Dependiendo de los resultados, su hijo podría obtener recursos de
apoyo que se ajusten a sus necesidades. Estos podrían incluir el entrenamiento
de sus habilidades sociales y recompensas basadas en un plan de comportamiento.
Si la escuela está de acuerdo con esto, la evaluación será gratuita.
Si su hijo es diagnosticado
con TDAH, hay una gran cantidad de tratamientos eficaces que pueden ayudar. El
doctor le explicará las opciones y supervisará el progreso de su hijo. La
escuela podría ofrecerle recursos de apoyo tal como el plan 504 que ayudará a
su hijo a tener prosperar en la escuela.
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ESTRATEGIAS PARA CORREGIR LA IMPULSIVIDAD

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Recordar que la impulsividad como rasgo de temperamento puede deberse, en parte, a predisposiciones genéticas pero la propia experiencia vital del niño y las condiciones de su entorno determinarán, la intensidad, frecuencia y forma en la que finalmente se expresa. Un ambiente familiar tranquilo y colaborador es el mejor aliado para corregir conductas.
Veamos ahora algunas estrategias para ayudar a los niños impulsivos a regular sus conductas según edad.
Para los más pequeños (hasta 5 o 6 años) ante las manifestaciones impulsivas (rabietas, gritos, lloros, etc.) deberemos aplicar la retirada de atención física y afectiva tal como hemos explicado anteriormente y, si procede (según intensidad o características del episodio), aplicar algún correctivo. No basta con saber establecer límites o castigar, deberemos completar el trabajo con ejercicios de de vinculación afectiva como leerles cuentos, efectuar ejercicios de relajación por la noche antes de dormir, etc. En estos momentos es cuando podemos razonar con ellos y analizar lo que ha pasado, siempre, pero, a medida de la edad y capacidad del niño. A los más pequeños les costará entender los razonamientos basados en la lógica o moral adulta, por tanto, evitar excesivas explicaciones.
Es importante, también, que empecemos a trabajar con ellos las sensaciones internas que preceden a las manifestaciones impulsivas. Si el niño va tomando conciencia de ello podrá más fácilmente aplicar en el futuro técnicas de autocontrol. Dicho de otra forma: Si el niño logra detectar su estado de activación fisiológica previa al episodio disruptivo, podrá poner en marcha alguna de las estrategias incompatibles con el estallido impulsivo y, por tanto, evitar su manifestación.
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