LO QUE PUEDE GENERAR UNA CONDUCTA IMPULSIVA



CONDUCTAS EN LOS NIÑOS 

La causa más probables de la conducta impulsiva es el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Esta es la condición cerebral más común en la infancia. Esta condición afecta aproximadamente entre el 8 al 10 por ciento de todos los niños entre las edades de 3 a 17 años. Los niños tienen tres veces más probabilidad de ser diagnosticados con TDAH que las niñas.

Algunos niños con TDAH actúan y hablan sin pensar, debido a que sus cerebros funcionan de un modo diferente que al de los niños que no tienen este trastorno. La parte del cerebro que controla los impulsos se desarrolla más lentamente de lo normal. Es por esto que los niños con TDAH con frecuencia parecen menos maduros que sus compañeros.

A pesar de que los síntomas que presentan los niños podrían atenuarse en la medida que los niños crecen, esto no es algo que le pase a todos los niños. Existen estrategias que usted puede utilizar en su casa y recursos de apoyo que pueden ser utilizados en la escuela para ayudar a su hijo a controlar sus impulsos.

Hay otras condiciones en las que también se presenta la impulsividad como síntoma, y que los niños pueden también tener más de una condición. Estas son algunas dificultades de aprendizaje que causan conductas impulsivas en los niños:

Trastornos del Lenguaje o de la comunicación, o retrasos en el desarrollo del lenguaje: Los niños que tienen problemas para comunicarse podrían actuar impulsivamente o parecer impulsivos. Ellos podrían no entender las instrucciones, de modo que tampoco esperan que les den instrucciones y simplemente actúan. Quizás, ellos se portan mal porque se sienten frustrados porque las otras personas no les entienden. Algunos niños podrían no entender cómo funciona la conversación, por lo que podrían no saber cuándo parar de hablar o cómo mantenerse en el tema.
Dificultades del funcionamiento ejecutivo: Las funciones ejecutivas son un grupo de habilidades mentales que nos ayudan a organizar y a actuar sobre la información que tenemos. Una de estas habilidades es el control de los impulsos. Si su hijo tiene limitaciones en esta área, podría llegar a tener problemas para controlar su comportamiento. La “disfunción” ejecutiva no es considerada por sí misma un trastorno, pero muchas veces se presenta junto a las dificultades de aprendizaje y de atención.

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PAUTAS PARA NO PERDER EL CONTROL:


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-Aunque el control y regulación de las emociones es un aprendizaje que se hace en edades tempranas, hay estrategias alternativas.

-Hacer voluntarias y conscientes nuestras reacciones. Reflexionar observar, analizar las consecuencias y seleccionar la forma como podemos responder de manera tranquila a las diferentes situaciones de la vida diaria.

-Pensar y responder más tarde. Es el método de la ‘demora forzada’: no dar por buena la primera reacción y tomarse un tiempo antes de dar respuesta a la situación.

-Aumentar el lenguaje interno que permita el control exitoso de la conducta. Esto es un repertorio de auto-instrucciones como, “no es para tanto”, “tranquilízate”, “contrólate”. Repetirlas en voz alta.

-Identificar las sensaciones internas que preceden a las manifestaciones impulsivas. Por ejemplo, la sensación de calor interior intenso justo antes de ‘explotar’. Cuando comience a sentir esto, intente respirar varias veces profundamente al tiempo que se da interiormente auto-instrucciones tranquilizantes.

-Practicar estrategias de relajación y ponerlas en marcha cuando se note la activación.

-Buscar ayuda profesional cuando, a pesar de intentarlo, la persona no logra autorregular esta conducta que la afecta.

MARÍA ELENA LÓPEZ
Psicóloga de familia www.inteligenciafamiliar.com.

Especial para EL TIEMPO

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